El Prestige, que produjo la gigantesca marea negra que tiñó de fuel la costa desde el Miño hasta el Canal de la Mancha, vuelve a ser noticia. Un decálogo para evitar nuevos errores, podría ser:
- Consultar a expertos solventes e independientes, pues no hubiese pasado de un simple incidente. Actuaciones como la de López-Sors (asesoró mal Gobierno), el perito Martín Criado y las juntas directivas del colectivo de ingenieros navales, nos sitúan como un país bananero. Fueron capaces de contradecir las enseñanzas universitarias para respaldar a López-Sors.
- Recoger información del estado del buque para corregir la situación con trasvases internos u otros. El barco fue mal adrizado, ya que en vez de trasvasar fuel a los tanques vacíos se llenó con agua, cargándolo demasiado y aumentando en exceso el calado y el máximo momento flector admisible. Probablemente el capitán esperara poder llevar el buque a un lugar protegido, como es habitual.
- Tomar decisiones lo más pronto posible es básico porque, sí un buque no se hunde durante las primeras horas, tiene un 95% de posibilidades de salvarse.
- Nunca pasear un buque averiado en medio de la tempestad, pues se agrava su situación,
- Llevarlo a una puerto refugio cercano para acometer el trasvase hacia otros buques, si no se pudiese realizar internamente. Caso de no existir llevarlo a un lugar de refugio, porque es preferible sacrificar una pequeña zona que regar toda la costa de fuel.
- Nunca mar adentro porque, cuanto más se aleja más se somete al temporal con lo que, las posibilidades de zozobra y dispersión del fuel son mayores.
- Menos contra las corrientes, porque es escupir contra el viento. Las costas gallegas reciben la profunda Corriente del Labrador por lo que el fuel se vio impulsado inicialmente de sur a norte. Al ir poco a poco ascendiendo, parte se vio arrastrado por la subsuperficial Corriente de Navidad que lo desplazó hacia el litoral Cantábrico, y otra parte por la superficial Corriente del Golfo que lo esparció por las costas gallegas.
- No despreciar la Ciencia. Los productos energéticos no se congelan en las profundidades al solidificar a temperaturas inferiores a –15ºC. A 4.000 m, donde está hundido el pecio del Prestige, el agua marina oscila entre 1° y 5°C, a 5.000 m entre –2° y 1°C. La famosa solidificación anunciada, equivalía a suponer que el fondo marino era una mole de hielo. Si levantase la cabeza Julio Verne...
- No inventar soluciones quijotescas. Bombardear el navío, cubrir el pecio con un sarcófago de hierro, reflotarlo, etc. Es más fácil construir un palacio en Marte que operar a 4.000 m, siendo más que cuestionable el sellado de Repsol.
- No engañar a los ciudadanos. La transparencia es básica en una sociedad democrática avanzada.