martes, 26 de julio de 2011

El gran puerto del noroeste

Artículo de opinión del autor publicado en el diario "La Voz de Galicia" 
 
Ahora resulta que el gran puerto del noroeste será El Musel. Esta afirmación no es del Principado de Asturias, ni del ayuntamiento gijonés, sino del Ministerio de Fomento. Anteriormente ya intentó construir el puerto refugio de Galicia en Gijón, pero la UE lo rechazó por no estar en la costa de los naufragios o corredor del noroeste. Una vez más se repite la historia, el Gobierno ha arrasado sectores básicos de la economía gallega (agricultura, ganadería, pesca, industria naval, acuicultura, energía, banca, etc.) desviado nuestros fondos europeos hacia otras regiones, en especial del Eje Mediterráneo. Basta mirar el mapa para ver su potenciación con multitud de infraestructuras terrestres, portuarias, energéticas e industriales.



Esta política de gastar sin cabeza ha dilapidado las arcas públicas y agravado la cohesión social y el equilibrio territorial, ya que la UE advierte que la riqueza se está concentrando en la media luna formada por las provincias próximas a la frontera francesa, hasta Madrid y Baleares. El centro de gravedad de la economía española se está desplazando hacia el sureste, perdiendo el Eje Atlántico riqueza y población por su menor industrialización y servicios. La buena posición geoestratégica del área mediterránea y su potenciación histórica no ha sido paliada con medidas para corregir la depresión atlántica. Las diferencias se han agrandado en los últimos años, curiosamente siempre con gallegos en el Gobierno.

El clamor ciudadano, que coincide con los expertos, empresas, navieras y multinacionales, dice que Galicia necesita un gran puerto y refugio porque es central por mar. El presidente de Puertos del Estado cuestionó recientemente los puertos exteriores: “los principales puertos de Europa están en estuarios o desembocaduras de ríos, pero aquí vamos de chicarrones del norte y hacemos puertos exteriores en mar abierto”. Son puertos políticos que no se justifican por sus enormes costes de construcción y mantenimiento, que no alcanzan un tamaño crítico, ni sirven de refugio. 

Algo más de un lustro lleva la iniciativa privada proponiendo el puerto Ártabros en el fondeadero natural de toda la vida de la ría de Ares, ampliamente conocida por los marinos del mundo y que se llena de navíos en cada temporal. En 2004 Fomento quiso comprar el proyecto, en 2006 se comprometió de palabra, pero luego se desdijo e intentó redirigir la inversión hacia los puertos públicos.

Flaco favor se está haciendo a Galicia con puertos inadecuados, rechazando inversiones privadas, o llamando “choromicas” a quienes defendemos nuestra tierra.