Recientemente D. Juan Velarde, miembro
de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, publicaba <La economía
de nuestros nietos>, donde las generaciones actuales para garantizar el
futuro han de superar nada menos que dieciséis barreras. Una de ellas muy importante
para Galicia: “Por primera vez en la
historia, nuestro país se ve rodeado por una gran corriente de tráfico; es la
que une los ambientes crecientes económicos del Pacífico, Índico y la Europa
más rica. Para aprovecharla es preciso rehacer todas nuestras infraestructuras.
El lema podría ser menos AVEs y más tráfico de carga, todo ello enlazando
adecuados puertos con Europa. Abandonar esa posibilidad, que explica por
ejemplo la opulencia de Suiza o el crecimiento de Panamá, sería un disparate”.
Galicia en el mapa del transporte
marítimo mundial ocupa una envidiable centralidad. Esta visión solamente la
tuvieron contados políticos, como el ex presidente de la Xunta D. Gerardo Fernández
Albor: “Uno recuerda con nostalgia cuando
algunos luchábamos por el gran puerto atlántico gallego, necesario para nuestro
progreso y que no pudimos conseguir, pues las autoridades de entonces se
decidieron por Bilbao que era mucho más costoso y no estaba en la ruta
adecuada. Claro que, siendo sinceros, debemos decir que nosotros no apoyamos un
único puerto (¡Ay, nuestro ancestral localismo!) y los vascos, sí”. La
localización geográfica de un gran puerto es definitiva y debe estar en las
grandes rutas, motivo por el cual Bilbao no pasa de ser un puerto energético. Según
la naviera Evergreen Line: “Esto fue
precisamente la tumba del puerto de Bilbao ya que lo tenía todo, excepto que no
estaba cerca de las grandes rutas marítimas. Un buque cuanto antes llegue al destino antes generará ingresos, por lo
que un ahorro de unas horas de trayecto es muy importante”.
Las administraciones ya no
invierten en puertos y dejan que la iniciativa privada genere riqueza para centrarse
fundamentalmente en sanidad, educación y fines sociales. Pero nuestro sistema
portuario es una antigualla, con pérdidas que nos empobrecen y donde se veta la
entrada a la iniciativa privada alegando pérdida de soberanía o la venta del
patrimonio costero. Los mismos argumentos que cuando las privatizaciones de las
empresas públicas y que al final resultaron un revulsivo económico. Según Evergreen
Line, “Galicia tiene un emplazamiento
geográfico óptimo en las grandes rutas marítimas, y Superpuerto y Refugio Ártabros
está equidistante de los dos puertos hub más cercanos de la fachada atlántica (Le
Havre y Algeciras), puesto que Bilbao no es rival y Vigo no puede crecer porque
está enquistado en la ciudad”.
La principal diferencia con la época del Sr. Fernández Albor es que las
competencias portuarias, además de estatales también son autonómicas, incluidas
las de puerto refugio. Esperemos que el nuevo Gobierno de Galicia tenga visión
de futuro con Ártabros, sobre todo cuando no supone coste alguno para el depauperado
erario público.