El pasado mes de setiembre
falleció Benigno Sánchez Lebón. Su actuación como Práctico Mayor del Puerto de
A Coruña en el desastre del petrolero Urquiola en 1976, a cuya explosión e incendio
sobrevivió sorprendentemente, le convirtió en un personaje de gran relevancia.
La tragedia le dejó marcado, hasta el punto de que tras el hundimiento del Mar
Egeo en 1992 y con 32 años
de servicio, decidió retirarse anticipadamente ante la escasez de medios contra la contaminación
marina.
Lebón acudió en 2008 a las <Primeras Jornadas del
Superpuerto y Refugio de Galicia>, para respaldar el proyecto Ártabros.
Impartió una lección magistral relatando sus actuaciones con diversos buques, su
especial ofrecimiento para
poner en marcha el <Prestige> y llevarlo a la ensenada de Corcubión o en
su defecto a la ría de Ares: “Un buque en
riesgo nunca se debe llevar mar adentro. Si se hubieran colocado barreras
cubriendo una amplia zona se habría manchado algo, pero no se hubiera producido
la catástrofe”. Este tercer siniestro le produjo una gran depresión,
porque estaba cansado de luchar por un puerto refugio en Galicia. También, se lamentaba de la ausencia de un
gabinete independiente para emergencias marinas: “Parece mentira que España esté rodeada de mar”.
Siempre defendió un gran puerto y refugio en
el noroeste: “Si hubiesen preguntado a
los expertos y principalmente a la gente del mar, les hubieran dicho que el
lugar más adecuado era una ría pobre y resguardada como la de Ares, donde
apenas hay un pulpo, faneca o almeja, y que ha sido y es el fondeadero natural
de toda la vida. Por algo será”. Argumentaba que un superpuerto debe ser generalista
y no solamente energético, es decir, para todo tipo de cargas (contenedores,
automóviles, mercancía general, etc.): “En
el tráfico actual los buques necesitan descargar rápidamente y si no pueden
trabajar por el oleaje, no esperan, se van a otro puerto”.
Acerca
del Superpuerto y Refugio Ártabros decía que está previsto en el lugar
apropiado y no tiene los problemas medioambientales y operativos de otros. Al
estar cerrada la parte oeste por un dique (única posibilidad de recibir olas),
queda un sitio óptimo para un gran enclave. Daba la enhorabuena a los
promotores de esta brillante e innovadora idea, a los que deseaba mucha suerte
y paciencia con unas autoridades que no se preocupan de la seguridad marítima,
porque una vez que pasa el peligro se olvidan: “Tarde o temprano en la ría de Ares habrá un gran puerto, pero
probablemente haya que esperar por otras generaciones con más visión de futuro,
que aunque no sepan de mar al menos sabrán asesorarse”.
En el décimo aniversario del hundimiento del
Prestige, damos
un merecido homenaje póstumo al bravo y heroico marino Lebón, al “mejor conocedor de la costa coruñesa” como le definió La Voz de Galicia, esperando que sus
aportaciones no caigan en el olvido y no se repitan los mismos errores.