martes, 4 de diciembre de 2012

El Prestige y Lebón, el viejo lobo de mar


El pasado mes de setiembre falleció Benigno Sánchez Lebón. Su actuación como Práctico Mayor del Puerto de A Coruña en el desastre del petrolero Urquiola en 1976, a cuya explosión e incendio sobrevivió sorprendentemente, le convirtió en un personaje de gran relevancia. La tragedia le dejó marcado, hasta el punto de que tras el hundimiento del Mar Egeo en 1992 y con 32 años de servicio, decidió retirarse anticipadamente ante la escasez de medios contra la contaminación marina.

Lebón acudió en 2008 a las <Primeras Jornadas del Superpuerto y Refugio de Galicia>, para respaldar el proyecto Ártabros. Impartió una lección magistral relatando sus actuaciones con diversos buques, su especial ofrecimiento para poner en marcha el <Prestige> y llevarlo a la ensenada de Corcubión o en su defecto a la ría de Ares: “Un buque en riesgo nunca se debe llevar mar adentro. Si se hubieran colocado barreras cubriendo una amplia zona se habría manchado algo, pero no se hubiera producido la catástrofe”. Este tercer siniestro le produjo una gran depresión, porque estaba cansado de luchar por un puerto refugio en Galicia. También, se lamentaba de la ausencia de un gabinete independiente para emergencias marinas: “Parece mentira que España esté rodeada de mar”.



Siempre defendió un gran puerto y refugio en el noroeste: “Si hubiesen preguntado a los expertos y principalmente a la gente del mar, les hubieran dicho que el lugar más adecuado era una ría pobre y resguardada como la de Ares, donde apenas hay un pulpo, faneca o almeja, y que ha sido y es el fondeadero natural de toda la vida. Por algo será”. Argumentaba que un superpuerto debe ser generalista y no solamente energético, es decir, para todo tipo de cargas (contenedores, automóviles, mercancía general, etc.): “En el tráfico actual los buques necesitan descargar rápidamente y si no pueden trabajar por el oleaje, no esperan, se van a otro puerto”.

Acerca del Superpuerto y Refugio Ártabros decía que está previsto en el lugar apropiado y no tiene los problemas medioambientales y operativos de otros. Al estar cerrada la parte oeste por un dique (única posibilidad de recibir olas), queda un sitio óptimo para un gran enclave. Daba la enhorabuena a los promotores de esta brillante e innovadora idea, a los que deseaba mucha suerte y paciencia con unas autoridades que no se preocupan de la seguridad marítima, porque una vez que pasa el peligro se olvidan: “Tarde o temprano en la ría de Ares habrá un gran puerto, pero probablemente haya que esperar por otras generaciones con más visión de futuro, que aunque no sepan de mar al menos sabrán asesorarse”.

En el décimo aniversario del hundimiento del Prestige, damos un merecido homenaje póstumo al bravo y heroico marino Lebón,  al “mejor conocedor de la costa coruñesa” como le definió La Voz de Galicia, esperando que sus aportaciones no caigan en el olvido y no se repitan los mismos errores.